lunes, 23 de julio de 2007

Marilyn Manson & the Spooky Kids - 100 Minute Demo (1991)

El vórtice del caos puro. Apenas H cruzó la puerta, tuvo una visión con la que entendió muchas cosas. Un remolino de almas girando y golpeándose unas con otras. Cristianos de mierda —pobrecitos, tan humanitarios, siempre pensando en cómo deberían ser las cosas— intentando ir contra la corriente, perdiendo el equilibrio por llevar al prójimo hacia dondellos quieren ir, solo logran resbalarse, rodar, el prójimo azotándose contra sus otros prójimos a los que quiere salvar y llevarlos hacia donde quiere ir, logrando solo resbalarse y rodar y reventarse y convertirse en una masa purpúrea sanguinolienta con matices azulinos y atormentada quempuja haciatrás a las otras masas sanguinolientas quempujan a otras que vuelven a empujarlo a él mismo haciatrás, mientras él quiere ir haciadelante, en pos de la dignidad, el éxito, y un futuro en el cuál no tendrán que sufrir como ahora, por eso no pueden detenerse ahora y curar sus heridas, y quizás hasta disfrutar las cosas tal como son, porque en el futuro serán mejores y por eso nos tenemos que reventar ahora y también al prójimo al que queremos ayudar...
En el centro del huracán, estaba él, el Anticristo Superestrella, intacto como en un pedestal, elevado a la categoría de rock god —nadientendió que se trataba de un punk angel— en el meollo del asunto, pero ajeno a la vez a todo lo que sucedía. 100 minutos demoró H en entender cómo es que no le pasaba nada. En ese rato vio pasar al conejo por alado suyo, soltando una frase —todos vamos a perder la cabeza— y se zambullirsen el huracán, para pronto salir inmune por el otro lado, donde había otra puerta con un cartel que decía Exit. Por la cabeza de H pasaron una serie de ideas: 1- La paranoia del conejo es el hilo conductor del sinsentido. 2- Al éxito le sobra una o. 3- Si todos entendieran lo anterior, no estarían ahí. 4- Para poder cruzar por el huracán hay que... Miró al Anticristo Superestrella a los ojos y aceptó las cosas tal como son. Luego se sumergió, avanzando serenamente entre todas aquellas almas atormentadas por su propia cristiandad, sin oponer resistencia a los empujones ni a los tirones —cualquier dirección en la que se moviera era un avance—. Llegó sin rasguño al otro lado, dondel pianista lo esperaba, ya sin disfraz de conejo, y le dijo: Ahora sí. Acompáñame.

Iluminados (En un sentido que a Siddartha le daría escalofríos de tan solo pensarlo).

Descarga

sábado, 21 de julio de 2007

Regina Spektor - Begin to Hope (2006)


Terminas de abotonarte la camisa y buscas una botella de coca-cola vacía, de esas de medio litro, de vidrio. La llenas con agua y caminas hasta el jardín de tu vecina, le robas un par de flores a la vieja, las pones en el florero-cocacola y sales corriendo.
Llegas sin despeinarte a la casa de tu novia y tocas el timbre. La puerta se entreabre y se asoma una cabeza algo despeinada y un ojo rojo y entrecerrado. Sonríes. Te abren la puerta y se olvidan de ti. Saludas a Polly Jean y le preguntas por su hermana. Te señala el piso de arriba mientras vuelve con pasos lentos al living, donde la esperan sus amigos, que terminan de armar un pito y que si llamaran Polly Jean a Polly Jean perderían un par de dientes y por eso la llaman PJ. Tú siempre la llamas Polly Jean pero no te pega, sólo te mira como si fueras una pérdida de tiempo de la naturaleza y suspira esperando que te parta un rayo. El rock a todo volumen te molesta un poco en los oídos. Le sonríes a los amigos de Polly, miras por un segundo sus piernas flacas embutidas en unos jeans apretadísimos y subes la escalera.
Con cada escalón las guitarras y batacas se van apagando y comienzas a distinguir el sonido de un piano. Sabes quién pulsa las teclas y reconoces la canción. Te quedas un rato frente a la puerta, sin ganas de golpear, pero finalmente lo haces y oyes cómo unos dedos resbalan por las teclas y la canción termina abruptamente. Al rato te dicen que pases. Lo haces. Sonriente.
Entregas las flores y te sonríen, pero no solo porque el regalo sea una forma divertida de hacer un regalo típico, sino también porque la situación es algo estúpida. Tu propia sonrisa es genuina, pero eso es porque siempre tardas en entender las cosas.
Hablan un poco sobre nada y luego le preguntas que por qué no toca algo. Ella dice que no le gusta que la vean tocar. Cierras los ojos y dices que no la verás. Otra sonrisa incómoda. Regina se sienta al piano y comienza a tocar algo en forma insegura. Al rato comprueba que no tienes intención de abrir los ojos y se suelta, y comienza a cantar con su preciosa voz una canción triste y divertida e infantil e irónica y de pronto su voz se eleva y se eleva en algo parecido a un grito pero muy afinado y de pronto Regina se calla y deja de tocar el piano y abres los ojos y los de Regina apuntan directo a los tuyos y te dice que lo mejor sería dejar de verte.
Tratas de abrir la boca para decir algo ("¿por qué?" "¿qué fue lo que hice?" "¿perdón?" "¿como dice que dijo?" "¿me estás hueveando?" "¿quieres comer papas fritas?" se me ocurren como posibilidades, pero quién sabe) y sólo sale un tartamudeo que Regina interrumpe diciendo: "en serio." Nada de ya lo pensé bien o tú sabes lo que hiciste o no eres tú soy yo o cualquier otra cosa más coherente, solo "en serio".
Así que no se te ocurre qué más decir. Así que te pones de pie y te encoges de hombros. Así que aunque todavía estás shockeado y la pena aún no aparece intentas poner cara de pena, te despides y sales de la habitación. Al bajar un par de escalones vuelves a oír el piano. Te rascas la cabeza.
Llegas al primer piso y y el ruido de voces y risas se apaga. Miras hacia el living y todos te miran de vuelta. Polly Jean y sus amigos tienen problemas para ubicarte con sus ojos pequeños y enrojecidos, pero la intención es mirarte. Con pena. Luego Polly Jean te apunta con el dedo y se larga a reír. No es una risa cruel, es risa de niña. De mujer volada. Probablemente pensó en un chiste buenísimo mientras te miraba, un chiste que no tiene nada que ver contigo.
Pero tú te tomas mal la risa de Polly Jean. Te dan ganas de ir a darle un buen par de cachetadas. Claro que no lo vas a hacer, porque sus amigos te sacarían la cresta. Y por lo demás PJ te sacaría la cresta antes.
Queda el recurso de salir corriendo con los ojos llorosos y no volver nunca más. En cuanto cierres la puerta todos se largarán a reír y luego quizá baje Regina y también se rían de ella y qué se yo, lo que pasa en estos casos, terminas olvidándote de todo y rehaces tu vida o algún cliché de película gringa por el estilo.
Pero Polly Jean se ríe tanto que se cae del sillón donde estaba sentada y queda tirada de espaldas en el suelo, aún riéndose, y todo lo que ves son sus piernas flacas como nadando en el aire, como patas de araña, y eso te hace recordar un chiste buenísimo y te largas a reír, y los amigos de Polly Jean te miran extrañadísimos, pero PJ sigue riéndose y de alguna forma las risas de ambos se complementan y crean una música hermosa pero sin ningún significado, una música vacía, hermosa pero estúpida pero hermosa, y luego sigues riéndote pero también subes la escalera, saltando de a dos o tres peldaños, y llegas a la puerta de la habitación de Regina, y oyes el piano, y la canción es hermosa y divertida pero de nuevo algo triste, o quizá sólo irónica, pero alguien te dijo una vez que todos los irónicos del mundo eran unos amargados que intentaban superar su amargura con elegancia (la que te lo dijo era una chica muy guapa y muy inteligente, cajera de supermercado, que se tiró desde un puente), y por alguna razón recuerdas eso justo ahora, pero no crees que sea cierto, así que entras sin golpear, riéndote, y Regina te queda mirando, sorprendida pero sin la sonrisa incómoda y tratas de reírte pero apenas puedes respirar y ella sigue sin decir nada y el ritmo de todo va disminuyendo, haciéndose más lento junto a tu respiración y sus pestañeos. Se queda en silencio, sin despegarte la vista, esperando que recuperes el aliento y dejes de reírte, y cuando estás a punto de abrir la boca para decirle algo (contarle el bendito chiste o decirle que de verdad la amas o que por qué no van a tomarse un helado o que huyan juntos a la frontera con México o hacer un comentario acerca del clima o decirle hey Regina, nice rack o sólo hey remember that time when I would only smoke Camels) se pone un dedo en los labios, te dice shhhhh bien bajito y luego repite, muy seria, sin sonreír: en serio.

Web
Wikipedia
AllMusic

Descarga

jueves, 5 de julio de 2007

Lester Bangs & the Delinquents - Jook Savages on the Brazos (1980)

(Aporte de Christopher)

Disclaimer: Si creen que Hache es evangelizador (o los convenció Haym), cuando terminen de leer esto pueden decir de mí que soy Adventista, Testigo de Jehová, Pentecostal, Talibán, Mormón, o todo junto. Así va la cosa, pero no temed, que tampoco estoy enamorado del hombre o algo así. Trataremos de ser objetivos, pero a modo de advertencia (o como dice Proz, “cláusula de exención de responsabilidad”) lo que motiva este texto es una idea muy fácil de entender, pero difícil de compartir: Si vas a pintar un cuadro cubista, más vale cachar a Picasso, ¿no? Si vas a escribir reviews de discos más vale conocer a Lester Bangs, que inventó y dijo gran parte de las cosas que se están haciendo aquí mismo. Si vas a escribir otra cosa, da lo mismo y muy bien por ti. Veamos:
"!A ver, conchadesumadres. Soy tan buen escritor como cualquiera de ustedes. O me publican o me dicen por qué!"
Eso decía la nota que acompañaba el artículo que Lester Bangs envió a la Roling Stone (el 69) después de recibir un par de rechazos.
Por supuesto que lo publicaron.
Por supuesto, al poco tiempo lo despidieron por negarse a escribir artículos adulones y por «faltarle el respeto a los artistas». Se cambió a la Creem magazine y al poco tiempo se había convertido en el mejor crítico de Rock de la historia y en una leyenda.
Leslie (como lo llamó su madre) es una especie de versión hiperinteligente, hipersensible, altanera y punkie de H. Thompson (a quién odiaba, lo definía como su Némesis). Si alguien le preguntaba, hubiese dicho que antes de ser crítico de Rock era un escritor (sus influencias directas: Burroughs y Kerouac). No le interesaba escribir para los señores de terno, sino que para los iniciados. No le interesaba escribir grandes historias, sino que hablar de lo que le gustaba, reflexionaba y (claro que sí) envidiaba: Rock’n’roll (que aunque no estén de acuerdo, infieles, no es simplemente hablar de canciones, discos y bandas, ni de escupir moralinas mientras una gruppie te baja los pantalones y....).
Pero la firma de Bangs no pasa necesariamente por ser un buen escritor, que lo es, ni por ser original, que lo es, sino que por sus férreos patrones morales que probablemente nadie en el mundo comparta pero que se agradecen no sé muy bien para qué ni porqué, pero se busca en cualquier escritor que valga la pena porque así es y ha sido siempre porque si no el resultado no tendrá espina dorsal y no vale un peso y mejor que se lo coman los perros. Así que crítico-crítico de rock, no sé, porque está claro que los críticos de rock se dividen entre adolescentes que se tragan todo y siúticos que hablan desde un pedestal. Bangs se metía en el medio. Una anécdota para ejemplificar: A pesar que de joven tocó harmónica en una banda llamada pomposamente “Thee Dark Ages,” la primera vez que se subió a un escenario masivo fue cuando el manager de la J. Geils Band (el 74) le dijo que se parecía a Rob Schneider. Ofensa más ofensa (“La única diferencia entre ustedes los músicos y nosotros los periodistas de rock es que la gente puede verlos hacer lo que hacen” respondio Bangs) terminó en un desafío (“por qué no te subes al escenario con nosotros esta noche? haces lo tuyo y vemos qué pasa?”) y finalizó con Leslie acompañando a la banda con su máquina de escribir escribiendo la reseña del show a medida que iba ocurriendo frente a doce mil personas (aunque dice que lo único que escribió fue “VDKHEOQSN-CHSHNELXIEN(+&H-SXN+(E@JUIDHUIEFDHN?”).
Bangs fundó su leyenda (y su escuela) al echar sobre su espalda el desafío de entender el Rock como si fuera literatura, criticarlo como si se tratara de una gran narración, y por sobre todas las cosas meterse entre medio: de pronto decir que Lou Reed (anteriormente su ídolo) era un conchesumadre que sentía desdén por su público, desconfiar del verdadero valor de Zeppelin, haber inventado-fijado (nadie se atreve a asegurarlo) la nueva acepción del término punk, decir de Bob Marley que era un hippie (la referencia es malintencionada y está sacada de de contexto, pero se entiende,) definir a Sabbath como “la primera banda de Rock católico,” poner al jazz y al punk en el mismo nivel, hacer carretes con los Voidoids, Los Ramones, Patti Smith, Blondie...
La lista podría alargarse por kilómetros.
Ahora bien: los que pensaron que un crítico de rock (un crítico de arte, de libros, de vinos) no tiene la altura moral para tirar mierda a diestra y siniestra porque no se mete en las trincheras probablemente tiene toda la razón. Pero no con Leslie, porque estuvo en las trincheras varias veces (como era de esperarse, no le faltaron los tomatazos porque hay gente envidiosa en este mundo y además porque a quién no le gusta hacer mierda a los que tiran mierda).
Leslie alcanzó a sacar un solo disco en vida, "Jook savages on the Brazos" (el 80) con una banda tejana llamada "The Delinquients". Según él, lo grabaron en 16 horas. Es punk, y se parece a muchas otras cosas que ya han escuchado, pero la gracia son las letras, que quieren ser graciosas y terminan siendo tristes. Hay otro disco, que grabó con Mickey Leigh (el hermano de Joey Ramone) que se llama "Birland with Lester Bangs", pero que apareció después de que se muriera el 82. Éste es mejor.
Bangs se murió de un resfriado. Está bien, de una sobredosis de valium y Darvon, un remedio para la tos: suicidio presumido, muerte de rockstar (su biógrafo asegura que estaba escuchando la canción "dare", — atrévete — de The HUMAN LEAGUE)
Muchas cosas más se podrían decir (qué más quisiera este periodista), pero es mejor leerlo en sus palabras, así que adjunto al disco 80 páginas de su obra.

Lester Bangs en Wikipedia (En Inglés).
Lester Bangs en allmusic.com (En Inglés).
Jook Savages on the Brazos en allmusic.com (En Inglés).

Descarga

miércoles, 4 de julio de 2007

Fear and Loathing in Las Vegas OST (1998)



We were on the edge of the desert when the drugs began to take hold

Salgo de mi carpa y busco el cadáver de Riquelme. Busco en el estanque donde lo oí lanzarse pero no encuentro más que huesos de peces. Vuelvo al campamento y descubro que las ramas de un árbol discuten. Amenzan con separarse para siempre y con ello partir en dos al pobre tronco. Así que las abrazo y con palabras dulces intento que se hagan amigas de nuevo. Durante un momento yo, el tronco y las ramas somos como una familia y el ruido del río es como la canción final de una película.
Quizás es el ruido del agua lo que me lleva a seguir explorando hasta descubrir que un cerro ha invertido su relieve y se ha convertido en una rampa. Si corro y salto desde donde estoy, puedo apoyarme en el cerro y lograr el último impulso necesario para salir volando hacia el espacio.
Lo pienso, pero prefiero darme vuelta y probar mis nuevos poderes telekinéticos deteniendo el curso del agua. Sólo logro detener parte de la corriente, no toda. Entonces trato de congelar el río. Cierro los ojos y aprieto los dientes, haciendo presión en mi cabeza. Cuando ya no oigo nada, abro los ojos y estoy frente a un río de cristal. Silencio húmedo de grillos milagrosos.
Luego voy al estanque y camino sobre el agua. Mientras lo hago diviso a Riquelme a lo lejos. Nos reunimos y nos abrazamos, felices ante la maravilla. Me cuenta con ojos brillantes que las estrellas se caen del cielo, que los cerros están llenos de monos fluorescentes, que habló con un caballo. Yo le digo que no veo estrellas en el suelo, pero que si levanto la vista puedo pasar mi mano por detrás de ellas. Sonríe.
Caminamos y de pronto me quedo mirando el suelo. Noto que, con cada paso, se acerca más a mi cara. Cuando levanto la cabeza para decírselo a Riquelme, veo que mide por lo menos un metro más que yo. Le grito que me estoy achicando. Me mira y salta y grita que sí, que es cierto, que me hago pequeño. De pronto vuelvo a crecer. Nos reímos.
Luego aparece un puente y lo cruzo. Con mis poderes telekinéticos, congelo el río y mantengo el puente quieto mientras camino sobre él. A medio camino, levanto la vista y veo como aparece un ojo sobre la Luna. Un ojo que me mira con enojo. Por el borde de la Luna se forma una lágrima y dejo de mirar antes ponerme a llorar yo también.
Cuando vuelvo del puente, Riquelme está en cuclillas, tomándose la cabeza con las manos. Le pregunto qué le pasa y me mira como si volviese de la muerte. Me vio caer tres veces al agua. Me reviso la ropa y estoy seco.
Encontramos finalmente al caballo. No nos habla. Hace rato sentimos que una sombra nos acompaña. No nos asusta. Descubro un agujero en medio de un cerro, desde donde se asoma la luz de una locomotora. El tren de la noche que quizá pase junto a nosotros.
Cuando volvemos al campamento descubrimos que un cerro se ha transformado en un oso gigante de jengibre. Como hormigas en medio de la maravilla reímos y saltamos. Como niños, también. El oso nos mira y sonríe. Qué ganas de abrazarlo, que cortos nuestros brazos.
Volvemos finalmente al campamento. Todo es agua para mí, debo palpar para asegurarme de que las cosas estén secas, una consecuencia de mi delirio mesiánico, que provocó que Riquelme fuera poseído por el diablo. Ahora se sienta y prepara unas tostadas sobre una fogata donde después crea una ciudad en llamas.
Yo miro los mosaicos de las ramas y luego me transformo en una tortuga.
Los insectos chillan como el ruido blanco de una radio pero no se acercan. El río sigue sonando. Las ramas siguen creciendo.
Finalmente, después de varios amaneceres falsos, viene el verdadero.
No hubo pánico, pero sí locura. Felicidad, y ahora sueño.

Two good old boys in a fire-apple red convertible. Stoned. Ripped. Twisted. Good people.



imdb
Wikipedia: libro y película
Hunter S. Thompson
Raoul Duke
Dr. Gonzo

Cactus San Pedro
Mezcalina
Dosis, aplicación, etc.
Video: cómo extraer la mezcalina de un cactus


Descarga

lunes, 2 de julio de 2007

Nine Inch Nails - The Downward Spiral (1994)

Mientras desciende por el pasillo, H piensa en la mitad del camino de mi vida me fui a la rechucha. La oscuridad imperante no permite ver nada. De pronto, en las paredes empieza a aparecer una seguidilla de lo que parecieran ser ampliaciones de los fotogramas iniciales de una película (5). Una canción empieza a sonar de fondo. You let me violate you... (4). Como en Lost Highway piensa H —solo quen vez de Rammstein, lo que suena es la voz susurrante de Trent Reznor.— You let me desecrate you... (3). Las palabras fuga disociativa le vienen a la mente. You let me penetrate you... (2). Pero antes de que un acceso de náuseas le pueda traer un mal presentimiento, el suelo se acaba y H se precipita por un agujero en forma de espiral como si fuera un tobogán. You let me complicate you... (1). Los fotogramas pasan ahora por las paredes tan rápido que las imágenes se ven en movimiento. La película parece transcurrir en la campiña ucraniana, o de algún otro país eslavo. Tres militares —dos con pasamontaña y uno con el rostro descubierto, coronado por una boina negra— entran en una casa, pasando entre cerdos y gallinas. El interior de la casa tienel aspecto de una base de operaciones improvisada. Los dos encapuchados suben a un segundo piso, mientras quel de boina se acomoda en una silla tras un pequeño escritorio que bien podría ser la mesa de centro del comedor. Al cabo de un par de minutos, los dos encapuchados regresan escoltando a una eslava preciosa con las manos esposadas a la espalda. La sientan frente al escritorio. La muchacha tiene con suerte 20 años. A H le parece conocida. El militar de boina comienza a interrogarla en ruso, ucraniano, o algún otro idioma eslavo. La muchacha responde con serenidad, como quien sabe que no ha hecho nada malo. Esto parece irritar al de boina, que se levanta de su asiento y desenfunda una pistola, dirigiéndose a ella, repitiendo la pregunta en un tono más agresivo. La muchacha repite la respuesta, ahora notoriamente asustada. Los encapuchados permanecen en su lugar. El de boina acerca la pistola a la mejilla de la muchacha, que repite la respuesta, esta vez sin que le pregunten. El de boina le dice algo —probablemente algo quella ya sabía: que lo que querían della no era información— y con la mano libre le levanta la camiseta y le manosea las tetas. Luego le desabrocha el botón del pantalón y, rodeándolel cuello, como si le fuera a dar un abrazo cariñoso, le levanta las bragas con la pistola, y echa un vistazo para dentro. Luego le saca los pantalones y las bragas, juguetea un poco con su coño y luego larroja a un rincón del suelo, para pasar a desabrocharsel pantalón y exhibir una verga digna de actor porno. Orgulloso della, se acerca a la muchacha, quien empieza a gritar, quizás pidiendo auxilo, quizás pidiendo clemencia. Esto parece excitar más a los militares. I wanna fuck you like an animal... El de boina se inclina sobrella. La muchacha patalea. El de boina la toma por los tobillos, y de un tirón la inmoviliza. Luego le arremete hasta el fondo de su alma. I wanna feel you from the inside... La muchacha chilla y rompe a llorar. Los encapuchados, por su parte, también han desenfundado sus vergas —no tan grandes como la del de boina, pero tampoco nada de qué avergonzarse— y se han situado cada uno a un lado de la cópula. I wanna fuck you like an animal... El de la izquierda se arrodilla y le acerca el glande a los los labios, insistiendo ligeramente, hasta quella terminabriendo la boca y se la empieza a chupar con resignación. My whole existence is flawed... El de la derecha se contenta con masturbarse y eyacula sobrel ombligo de la muchacha. El de boina la da vuelta, poniéndola bocabajo, y leyacula sobre las ancas. Luego le quita las esposas y termina de desvestirla. Los dos encapuchados se resitúan frente al de boina, y la muchacha ahora se venfrentada cara a cara con ambas vergas. You get me closer to god...
50 minutos más tarde, H sigue cayendo por el precipicio, y la muchacha llora desconsoladamente, la cara color carmesí, las tetas aplastadas contra un banquito, mientras el militar de boina la sodomiza a conciencia. Al terminar, la empuja hacia un lado y le dice unas palabras, probablemente comunicándole queso ha sido todo por hoy, y procede a vestirse. La muchacha no responde. Solo hatinado a ponersen posición fetal. Una vez vestido, el de boina recoge sus cosas y se acerca a la muchacha. Le ofrece un poco de agua de la cantimplora, larroba con una frazada, le dedica unas cuantas palabras en tono dulce, y le hace una caricia en el pelo. Luego se reúne con los dos encapuchados, que ya sencuentran fuera de la casa. La moraleja es que lamabilidad también puede ser una forma de sadismo. En ese momento, H llegal final del precipicio, dándose un costalazo contra el suelo. Se quedallí, bocarriba, mirando el último fotograma, con la muchacha en posición fetal, tapada con unas frazadas, y los militares abandonando la escena. El sistema de fotogramas con el que la película cobró movimiento le pareció idéntico al de una propaganda de cocacola que vio una vez en el metro. Aquella vez que algo más le llamó latención. Es raro, porque casi nunca viaja en metro. Pero aquella vez le llamaron latención aquél tipo que —ahora lo recuerda con claridad— se le sentó delante y que recién le pareció reconocer antes dentrar acá; y la señorita que se le sentó alado que —se le pusieron los pelos de punta al descubrirlo— es la muchacha de la película. No entendía nada. Fragmentos de una memoria que no era suya atacaron sus pensamientos. Recordó ser un pedante lleno de teorías que lo hacían creerse inteligente. Recordó que a sus amigos les gustaba leer y escuchar sus teorías y se las alababan, lo que lo hacía sentirse más inteligente todavía. Recordó haber viajado en metro leyendo un libro de a quién le importa qué poeta —pero tenía una lista de los 5 o 6 que podrían ser, y eso lo hacía sentir muy inteligente— y que le llamaron latención esas dos personas. Recordó que nada deso le había ocurrido. Recordó questaba en el infierno. Recordó que no entendía nada. Recordó questaba siguiendo a un viejo pianista —lo buscó con la mirada: ahí estaba, alado suyo, vestido de conejo, diciendo apura, apura, o llegaremos tarde, y desapareció por una puerta—. Recordó que tenía mucho qué pensar, pero luego recordó nuevamente questaba en el infierno, y acordó que —cualquiera fuera el caso— no era un lugar en el que le gustaría estar. Por lo que consideró sensato seguir al pianista conejo.

Página Oficial
Nine Inch Nails en Wikipedia (En Inglés).
The Downward Spiral en Wikipedia (En Inglés).
Video de Closer en Youtube.
Video de The March of the Pigs en Youtube.
Video de Hurt en Youtube.

Descarga
Descarga (Bonus Disc).