Éste fue el primer disco de Godspeed que escuché. Me lo pasó un tipo un tipo que tenía orden judicial de asistir a terapia psiquiátrica, un hijo al que apenas podía ver, y una banda conformada por él, su guitarra con manchas de sangre en las cuerdas y un teclado Casio blanco de juguete. En realidad no me lo pasó, me lo vendió. Todos los sábados iba a un cybercafé donde se pasaba toda la mañana bajando música y pasándola a cds para después venderla.
Además era fanático de las Chicas Superpoderosas y de Douglas Copland, y tenía ataques de pánico escénico cuando le tocaba hablar en las pocas clases a las que asistía (les recuerdo que el tipo tenía -y aún tiene- una banda). En todo caso, Hache me contó el otro día que al tipo éste le va bastante bien últimamente.
La cosa es que esa tarde llegué a la pieza húmeda y sucia que llamaba casa (ahora vivo en otra pieza seca y sucia), puse el cd en el discman y me tiré en la cama.
The car's on fire and there's no driver at the wheel and the sewers are all muddied with a thousand lonely suicides and a dark wind blows...
Al rato empieza una música de violines. Suspiré y pensé esto explica muchas cosas.
Cinco años después, sigo considerando este disco uno de los más increíbles que he escuchado.
Lo cual también explica muchas cosas.
Gracias por el disco, Calostro.
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1 comentario:
guau... no se3 como encontre esto, pero bakan. que bueno saber que cuando vendia discos algo bueno hacía. saludos.
www.myspace.com/calostro
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